Entradas

Contemplando la oscuridad...

Imagen
  A veces, mientras subes a la montaña, el suelo cede debajo de tus pies, parece no haber agarre. La cima está lejos y tú estás cansado. Le llaman pájara.  Es un momento oscuro, un mal momento. Lo malo de los momentos oscuros es que si te dejas atrapar por ellos ya no ves más que negrura.  Esta mañana ha muerto una persona que conozco; ha resistido todo lo que ha podido.  Me quedo con su bondad, su amor por su familia y con el abrazo que nos dimos la última vez que nos vimos.  La forma de salir de la oscuridad que nos envuelve es mirar hacia nuestro interior, contemplarla, al hacerlo, desaparece y lo que queda es nuestra humanidad. Mañana saldrá el sol. Sed felices o, al menos, intentadlo...

Miedo...

Imagen
  "Toda una experiencia tener miedo...vivir con miedo es ser un esclavo" Roy Blatty, replicante nexus de la película Blade Runner. Me preguntaban el otro día: ¿No te da miedo volver?. La pregunta rondó un segundo en mi mente y mi corazón contestó: NO. Hace algún tiempo, en gran medida en la etapa de las grandes carreras y, especialmente, de Sables, me liberé del Gran Miedo. Es cierto que algunos quedan, pequeños esclavizadores, antiguos y profundos a los que hay que atender y cuidar que no se expandan. En la primera edición, en la etapa de 82 kms, al atardecer, perdí la baliza, seguí las huellas de alguien que, como yo se perdió, estuve unos minutos perdido en medio de la nada brillante, naranja y marrón del atardecer; iba por un valle pedregoso ***, las huellas se habían perdido y supe que estaba sólo, el miedo me atenazó, me agarró fuerte, me paré y respiré, volví sobre mis pasos, llegué a un lugar donde unos tipos me gritaban desde lo alto; nunca me he sentido tan feliz de

El Centro del Hombre Azul

Imagen
  Lo vi al atardecer, la luz del desierto a esa hora del día es como de otro planeta. Iba por la cresta de la duna, siempre paralelo a nuestra marcha. Desierto profundo, no crees que haya nadie que viva o pulule por allí; pero allí estaba, su andar indolente, como aquel al que le llevan los pies al lugar que ellos decidan. Mi etapa de unos 38 kilómetros estaba finalizando. Lo perdí de vista y me concentré en lo mío, andar, resistir. De nuevo estaba allí, dudé, por un momento si era real; me miraba en la distancia como yo lo miraba a él. Se paró y me paré. Nos observamos unos instantes, se dio la vuelta y desapareció detrás de una duna. No lo volví a ver.  A menudo viene a mi memoria, el hombre de azul es el símbolo de mi equilibrio, mi centro, aparece y desaparece, me duermo y él se marcha, miro hacia adentro y él aparece mirándome desde la lejana y, a la vez, cercana distancia. Me recuerda quien soy de verdad...El hombre azul, con su caminar lento me habla de la vuelta a casa. Sed fel

Viento en la cara...

Imagen
                                               Foto Covadonga Cué 2.008 No hay sombra en el desierto, no hay dónde esconderse de uno mismo; el sol y el viento te envuelven desde el amanecer hasta el ocaso, en ese instante la sombra eres tú.  La dirección está marcada, no hay nada que hacer, excepto vivir; nos escondemos en nuestras sombras chinescas...soy esto, aquello, lo de más allá, confundimos la forma con el fondo, lo secundario con lo esencial. Todo lo disuelve el viento del desierto, la arena reverbera y de ella se eleva aquello que disuelve tu ego, aquello que te deja sin más objetivo que rendirte ante la inmensidad de lo que Es. Sed felices o, al menos, intentadlo...

Soledad y silencio.

Imagen
  El silencio es fecundo; un río sin afluentes que te lleva al océano al que perteneces, ese hogar del que partimos y al que llegaremos. El silencio es posible cuando todo se simplifica y, para ello, la mente debe estar aquietada, despierta y atenta en tu interior. Es por eso que la soledad del desierto te ayuda. Al principio, en los días de aclimatación y en la primera etapa todo es igual que en las ciudades de dónde los participantes del MDS viven. Cuarenta y cinco nacionalidades convierten al vivac en una torre de Babel horizontal. Después llega el silencio, cada kilómetro de desierto, cada duna, cada Erg, cada montaña te va limando, silencio, no oyes hablar a los que antes parloteaban, no te oyes a ti con tu radio mental encendida.  La experiencia de la soledad en un medio hostil, bello, inmenso hacen que los vellos de tu piel se ericen aún con 48 grados de temperatura. El silencio te envuelve de tal manera que la mente se rebela, ves y te ves hablando sólo como un nómada enloqueci

Peregrinos del desierto

Imagen
  En este video se plasma la atmósfera de la llegada, después de la larga peregrinación por el desierto. Todos vamos al desierto en busca de algo, a veces no sabemos que es, y, probablemente no lo sepamos nunca; lo que sí sabemos es que somos peregrinos camino a casa. Es cierto que no es necesario atravesar las arenas del Sahara para llegar a ese lugar interior en el que todo lo que no es necesario se diluye y sólo queda la dirección marcada, la vivencia y experiencia del camino recorrido. Nuestro equipo ya tiene nombre, de hecho no es nuevo, ya ha servido para identificar distintas aventuras solidarias y deportivas. Humaniza Team. De momento somos 5, Manolo y Manolo Jr, Ángel y mi querida hija Rocío.  Preparar esta aventura y entrenarse, conseguir nuestros objetivos solidarios y poder recorrer las arenas son ya de por sí una maravillosa experiencia pero hacerlo en compañía de estas personas y, sobre todo, con mi hija Rocío, es algo maravilloso. Sed felices o, al menos intentadlo...

Ave Fénix

Imagen
  Amanece en el desierto, amanece un nuevo día...un nuevo proyecto vital.  Este blog es un intento de recuerdo, de aprender del pasado, vivir el presente y los regalos que te ofrece el camino a sables. El año 2006 tuve un sueño loco, un maratoniano y ultrafondista del montón soñó con pisar las arenas del desierto del Sáhara en una de las pruebas más exigentes del mundo en autosuficiencia por etapas.  En 2008  logré acabar el MDS, al final de la última etapa, después de colgarme en el pecho la medalla de finisher, había una chica con un micrófono y me dijo que dijera algo, le dije: no sé si es final o el principio de algo...fue el principio. Después llegaron las ediciones de 2.010, 2.012 y la de 2.014 en la que me retiré en la etapa non stop de 86 kms. Tardé varios años en poder volver a mirar una sola foto de mi paso por el desierto, creía que me había despedido de él; parece que no. La arena se me ha metido en la sesera de nuevo.  La primera vez que sentí arena en mi sesera tenía tení