Viento en la cara...

 

                                             Foto Covadonga Cué 2.008

No hay sombra en el desierto, no hay dónde esconderse de uno mismo; el sol y el viento te envuelven desde el amanecer hasta el ocaso, en ese instante la sombra eres tú. 

La dirección está marcada, no hay nada que hacer, excepto vivir; nos escondemos en nuestras sombras chinescas...soy esto, aquello, lo de más allá, confundimos la forma con el fondo, lo secundario con lo esencial. Todo lo disuelve el viento del desierto, la arena reverbera y de ella se eleva aquello que disuelve tu ego, aquello que te deja sin más objetivo que rendirte ante la inmensidad de lo que Es.

Sed felices o, al menos, intentadlo...


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